Ha llegado tu momento, han llegado estas
palabras para ti y más en este día tan especial. Y es que el título lo dice
todo. Mi más bonita casualidad. Tú. Que apareciste en mi vida cuando lo veía
todo perdido, cuando ya no me encontraba, cuando ya no veía la vida como era
antes.
Estaba hundida, en la más absoluta
miseria y apareciste tú, sin esperarlo, sin pensarlo. Y viste a esa persona
fría que todos ven, pero que conseguiste derretir.
Menos mal que mi número se mantuvo en tu
agenda, menos mal que seguimos hablando. Menos mal que dijiste esas palabras
que demostraron que querías saber más de mi.
Volviste a dibujar la sonrisa en mi cara,
las lágrimas pasaron a ser de risa en vez de dolor. Un soplo de aire fresco, un
giro de 360º.
Quién me iba a decir a mi que desde ese
simple “Hola” íbamos a terminar diciéndonos “Te quiero”.
Como dije antes, que día tan bonito para
recordar. Derribaste una parte de tus muros, me dejaste entrar por la puerta grande
y me hiciste conocer una gran parte de ti. Y pensabas que me iba a ir. Pensabas
que te iba a dejar. Qué tonta. Lo que no sabes es que ese día ya me quedé para
siempre.
Ese día ya supe que era completamente
tuya y que me tendrías donde quisieras, con esas ganas de llenarte el alma,
esas ganas de saber que seré yo quién despierte en ti una sonrisa cada día. Esa
persona que te haga olvidar, que te haga soñar.
Solo quiero una cosa muy sencilla: a ti.
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